Sunday, March 20, 2011

Libia reporte de hase dos horas

TRIPOLI (Reuters) - Las fuerzas de Occidente atacaban el domingo las defensas aéreas de Libia y patrullaban los cielos del país, pero su intervención militar de un día tuvo un serio revés diplomático cuando la Liga Arabe condenó el "bombardeo a civiles".
Mientras las fuerzas estadounidenses y europeas lanzaban aviones y misiles crucero contra las defensas aéreas de Muammar Gaddafi, el líder libio dijo que los ataques equivalían a terrorismo y prometió luchar hasta la muerte.
Al tiempo que sus fuerzas orientales huyeron de las afueras de la ciudad oriental de Bengasi debido a los asaltos aéreos aliados, Gaddafi envió sus tanques a Misrata, el último bastión rebelde en el oeste de Libia. Entre los distritos densamente poblados eran menos vulnerables a los ataques aéreos debido al riesgo para los civiles inocentes.
Sesenta y cuatro personas murieron en el bombardeo en el oeste durante la noche, dijo una fuente de salud del Gobierno libio, pero la cifra era imposible de verificar porque las autoridades se rehúsan a que los periodistas salgan de Trípoli.
El jefe de la Liga Arabe, Amr Moussa, convocó a una reunión de emergencia del grupo de 22 Estados para discutir la situación en Libia. Pidió un reporte sobre el bombardeo, que según dijo "dejó muertos y heridos a muchos civiles libios".
"Lo que está ocurriendo en Libia difiere del objetivo de imponer una zona de exclusión aérea y lo que queremos es la protección de civiles y no un bombardeo sobre más civiles", dijo Moussa, citado por la agencia oficial de noticias de Egipto.
El respaldo árabe a la zona de exclusión aérea brindó un impulso crucial a la aprobación de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU esta semana, que allanó el camino a la acción de Occidente destinada a detener la matanza de civiles por parte de Gaddafi mientras intenta mantener el poder.
La intervención es la mayor en contra de una nación árabe desde la invasión en el 2003 a Irak. El retiro del apoyo árabe podría dificultar mucho más una campaña que según muchos analistas es complicada y podría tener un final abierto.
Un alto funcionario estadounidense rechazó los comentarios de Moussa.
"La resolución aprobada por los árabes y UNSC (Consejo de Seguridad la ONU) incluía 'todas las medidas necesarias' para proteger a los civiles, lo cual está especificado claramente, pero va más allá, a una zona de exclusión aérea", dijo el funcionario durante la visita del presidente Barack Obama a Río de Janeiro.
TANQUES DESTRUIDOS
El jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el almirante Mike Mullen, dijo el domingo a la cadena NBC que las fuerzas occidentales habían implementado efectivamente una zona de exclusión aérea en Libia y que no existen señales de aviones libios volando sobre el país.
Mullen añadió que no había reportes de muertes de civiles hasta el momento tras las redadas de las fuerzas aliadas iniciadas el sábado y que la operación había logrado "avances significativos en 24 horas", deteniendo a las fuerzas de Gaddafi en Bengasi.
Sin embargo, en una conversación con la cadena CBS, Mullen reconoció que el resultado de la acción militar era "muy incierto" y admitió que las fuerzas aliadas podrían quedar en un punto muerto con Gaddafi.
Residentes indicaron que las fuerzas de Gaddafi ingresaron al centro de Misrata el domingo con tanques y que varias personas murieron a tiros.
"Dos personas fueron abatidas por francotiradores hoy. (Los francotiradores) siguen en los tejados. Son apoyados por cuatro tanques que han estado patrullando la ciudad. Se está haciendo muy difícil que las personas salgan", dijo a Reuters por teléfono un residente, llamado Sami.
"También hay botes circundando el puerto y evitando que la ayuda llegue a la ciudad", agregó.
Abdelbasset, portavoz de los rebeldes en Misrata, dijo a Reuters que "hay batallas entre los rebeldes y las fuerzas de Gaddafi. Sus tanques están en el centro de Misrata (...) Hay tantas bajas que no podemos contarlas".
ODISEA AL AMANECER
Aviones de combate franceses fueron los primeros en atacar el sábado, en una campaña para obligar a Gaddafi a un cese del fuego y terminar su ofensiva contra civiles, que iniciaron una revuelta el mes pasado contra los 41 años de Gaddafi en el poder.
Los aviones destruyeron tanques y vehículos blindados en la región donde se encuentra el principal enclave rebelde, Bengasi.
Francia envió un portaaviones a Libia y sus aeronaves estaban sobre el país nuevamente el domingo, indicaron funcionarios de Defensa. Gran Bretaña indicó que sus aviones atacaron las defensas aéreas de Libia principalmente en la capital, Trípoli.
Buques y submarinos británicos y estadounidenses lanzaron 110 misiles Tomahawk contra las defensas antiaéreas que rodean la capital Trípoli y la ciudad occidental de Misrata, que eran sitiadas por las fuerzas de Gaddafi, dijeron oficiales militares de Estados Unidos.
Funcionarios comentaron que las fuerzas de su país estaban trabajando con el Reino Unido, Francia, Canadá e Italia en una operación llamada "Odyssey Dawn" (Odisea al Amanecer). Dinamarca afirmó que contaba con cuatro aviones de combate listos para unirse a la campaña el domingo y que estaba esperando por instrucciones de Estados Unidos.
China y Rusia, que se abstuvieron en la votación del Consejo de Seguridad que respaldó la intervención, expresaron su pesar por la acción militar. El Ministerio de Relaciones Exteriores de China dijo que esperaba que el conflicto no lleve a una mayor pérdida de vidas civiles.
Explosiones y fuertes disparos de la artillería antiaérea remecieron Trípoli en las primeras horas del domingo. El ataque fue seguido por desafiantes gritos de "Allahu Akbar" (Dios es lo Más Grande) que resonaron en el centro de la ciudad.
La televisión estatal mostró imágenes desde un hospital no identificado de lo que llamó las víctimas del "enemigo colonial". Diez cadáveres estaban envueltos en sábanas blancas y azules y varias personas estaban heridas, una de ellas de gravedad, dijo la televisión.
Los ánimos en Trípoli se volvieron marcadamente anti-occidentales y multitudes gritaban desafiantes consignas mientras disparaban al aire.
(Reporte de Mohammed Abbas y Angus MacSwan en Bengasi, Maria Golovnina y Michael Georgy en Trípoli, Hamid Ould Ahmed y Christian Lowe en Argel; Tom Perry en El Cairo, John Irish y Elizabeth Pineau en París, Missy Ryan en Washington, escrito por Jon Hemming y Mark Trevelyan; Editado en español por Marion Giraldo y Ricardo Figueroa)

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